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La preciosa ilustración con que se abre esta entrada tiene relación con un libro, EL PANCHANTRA que recoge las primeras fábulas de la historia de la literatura. Sus orígenes están en la India, y no es extraño, pues en este país se supone a los animales, y aun a las plantas, un alma semejante a la del hombre, también se les atribuyan las ideas, las pasiones y el lenguaje de la especie humana. Estas fábulas contienen una enseñanza final, lo que hemos llamado tantas veces "moraleja". (apólogos)
Se cree que Bidpai, brahmán y filósofo, compuso sus fábulas para la instrucción del hijo de un príncipe indo, en cuya corte vivía.
De la India pasaron a Persia (Irán/Iraq) desde donde llegaron a a Europa partir de dos caminos bien diferentes: La tradición musulmana por el sur y la tradición grecolatina a partir de la antigua Bizancio y el Oeste europeo. España tuvo mucho que ver con la introducción de las fábulas en Europa por su cultura mezcla de árabe ,judía y oriental: El rey Alfonso X el sabio fue quien las mandó traducir.
La influencia de sus cuentos trasluce en todas nuestras fabulas, desde Esopo a La Fontaine, pasando por Ramon Llull, don Juan Manuel, Chaucer, el Arcipestre de Hita, Boccacio y Cervantes.
Un carpintero se había sentado en un tablón que estaba aserrando, y para manejar la sierra con facilidad empleaba dos cuñas que colocaba en la abertura, alternativamente, a medida que avanzaba su obra.
Un mono observaba atentamente el trabajo del carpintero. Éste, por un motivo accidental, tuvo que abandonar su obra: el mono inmediatamente se subió al tablón, en el cual se sentó, pero con tan mala fortuna que la cola se le introdujo en la abertura: después quitó la cuña que mantenía abierta aquella raja, y las dos partes se juntaron tan fuertemente que aplastaron y magullaron la cola del pobre simio.
Éste lanzó dolorosos gritos. El carpintero acudió y vio al infeliz animal en aquel estado lamentable. "He ahí —le dijo— lo que sucede al que se mete en un oficio del que no ha hecho el aprendizaje. Considérate feliz, a pesar de todo, porque si en vez de ser la cola la que ha sufrido en la aventura hubiera sido el cuello, estarías a estas horas en el imperio de Yama."
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La fábula del mono y el carpintero, es un claro ejemplo de enseñanza que se nos inculca desde pequeños mediante los padres o familiares ya que siempre dicen que no debemos inmiscuirnos en conversaciones ajenas o donde no se nos ha llamado. Con este ejemplo, se entiende perfectamente que el mono debido a su curiosidad pudo ser presa de la muerte, pero por designios de la fortuna, tan sólo aprendió a que debía de respetar las cosas de los demás si no quería que un día éstas acabaran con él.
ResponderEliminarJesús G.
La moraleja de esta fábula es la siguiente: no hay que meterse en los asuntos de otros,sino respetarlos.Y tampoco hay que meterse en cosas de las que uno no tiene ni idea porque estos errores hechos por curiosidad pueden costarte la vida.
ResponderEliminarLa moraleja de esta fábula, "El mono y el carpintero", se halla en la irresponsabilidad y curiosidad del animal por realizar el trabajo del carpintero. Por este motivo se apela al lector que hay que aceptar que otros puedan hacer trabajos o actividades que tú no puedes desempeñar– por el desconocimiento del tema-. Por lo que tienes que tener en cuenta las consecuencias de tus actos. En este caso, el carpintero avisa al mono que en vez de la cola podría haberse herido el cuello – llegándole a producir la muerte-.
ResponderEliminarLa enseñanza de esta fábula nos muestra que una persona no puede ocuparse de un trabajo sin que tenga una mínima idea de lo que hay que hacer. Siempre deberemos tener en cuenta el trabajo del experto o del que se ha preparado para la realización del trabajo. Y por lo tanto, deberemos prepararnos primero para poder cumplir con el oficio.
ResponderEliminarEsta fábula del mono y el carpintero presenta una enseñanza basada en el hecho de que el mono, llevado por su sentimiento de curiosidad, lleva a cabo el trabajo del carpintero y sufre un accidente. Y éste, por su parte, se preocupa de que el simio haya quedado cerca de perder la vida por hacer el favor al humano.
ResponderEliminarAsí pues, el autor pretende enseñar que no hay que dejarse llevar por sentimientos como la curiosidad, que pueden acarraear consecuencias importantes.
De esta fábula, podemos extraer la enseñanza de que no debemos inmiscuirnos donde no debemos, ni dejarnos llevar por la curiosidad. Además, nos enseña a saber que no podemos querer realizar un trabajo, previo estudio o conocimiento del mismo, pues no serviría de nada intentar realizarlo sin saber cuáles son los mecanismos o trabajos previos necesarios.
ResponderEliminarLa curiosidad hace que el mono se dirija a ver el trabajo del carpintero y a éste le ocurre un accidente, por lo cual ésta fábula nos enseña que por mucha curiosidad que tengas no debes meterte en cosas que no te incumbam
ResponderEliminarAntonio O.
Lo que quiere dar a entender esta fábula es que no debemos comenzar una actividad sin haberla estudiado y comprendido previamente. Debido a que nos podria pasar como al simio, que casi le cuesta la vida.
ResponderEliminarIrene.V
La moraleja de esta historia pienso que es que, por mucha curiosidad que tengas sobre un nuevo tema o algo, siempre debes ir con cuidado ya que no conoces nada sobre él y te puede pasar cualquier cosa, en este caso que el mono se pilla la cola.
ResponderEliminarTambién nos enseña que antes de realizar una actividad sobre algo nuevo, debemos hacer un estudio para saber más y poder resolver más fácilmente los problemas que nos surjan.
Daniel AI
La moraleja de esta fábula sobre el mono y el carpintero tiene una moraleja y con ella nos quiere transmitir una enseñanza.
ResponderEliminarQue cualquier individuo no puede ocuparse de una tarea, la cual desconoce y debes de tener en cuenta antes de nada las consecuencias que tendrán sus actos, por ello debes dejar hacer ese trabajo a los que saben y tienen conocimiento de su buena realización. Esta enseñanza se ve reflejada en esta fábula en la actitud del mono que sin saber lo que le podia pasar por desconocimiento de la tarea que estaba realizando el carpintero su consecuencia fue la pérdida de su cola.
Esta curiosa fábula es un ejemplo de las numerosas historietas con moraleja que nos deja este tipo de literatura tradicional. En este caso la enseñanza que se he querido inculcar al lector es la de que a pesar de poder estar observando una acción, y sentir curiosidad por hacerla, no es muestra de que se sepa desempeñarla, por lo que no hay que dejarse llevar, sino que se debe ser cauto y ante todo antes de actuar haber aprendido.
ResponderEliminarLa moraleja de esta fabula, es que uno necesita aprender el oficio antes de cometerlo.
ResponderEliminarSin embargo, muchas veces sentimos que el observar es aprender,pero tambien se necesita ser responsable y cauto con lo que se esta haciendo.
En esta fábula nos enseña una moraleja, y es que no debemos meternos en los asuntos de otros y mucho menos si no tenemos conocimientos de ellos, porque podemos salir malparados como le pasó al mono.
ResponderEliminarMaría G.
Lo que la fábula del mono y el carpintero nos quiere decir es que no debemos meternos donde no somos llamados y donde no sabemos ni conocemos nada al respecto.
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